El final de los años 60 y el comienzo de los años 70 marcaron el inicio real de los aficionados alemanes. Por supuesto, al igual que sus vecinos continentales, Alemania ya comenzaba a contar en las gradas con aficionados que apoyaban activamente a su club y comenzaron a encontrarse en una parte específica del estadio. Este período marca el nacimiento de los partidarios de la animación en masa y de los primeros fan-clubs, así como el surgimiento de una identidad propia como aficionados. Podemos estimar que los primeros clubs de fans en ver la luz fueron los de la Seerose Nurnberg (1969), el Jungen Bochum (1972) y la Sudkürve del Bayern de Múnich (1973). Estos 3 grupos históricos siguen existiendo.
Pronto los clubs de fans se multiplicaron en todo el país y la escena comenzó a desarrollarse a un buen ritmo. Los principales clubs de fans solían ser una banda de amigos del mismo barrio o de una ciudad que se unían para apoyar activamente su club de fútbol favorito. Poco a poco y con el nacimiento de estos fan-clubs, se fue agrandando la masa social de los equipos y surgió, de manera inevitable, las federaciones de Fan-Club, que no son otra cosa que la versión alemana de nuestras rancias Federaciones de Peñas. Por ejemplo el Schalke 04 comenzó en sus inicios contando con 8 clubs y ahora tiene más de 850.
Un verdadero cambio de cultura futbolera se formaba en Alemania, donde el contingente de aficionados dispuestos a seguir a su equipo lejos de casa comenzaba a desbordarse. Desde mediados de los años 70, como en Inglaterra, se organizaban trenes especiales para permitir a los aficionados viajar para ver los partidos foráneos con más facilidad. En 1991, 40.000 aficionados del Kaiserslautern fueron a Colonia para ver a su club de ganar el título de la Bundesliga.
En esos años, los aficionados alemanes seguían el modelo británico. A pesar de la existencia de numerosos clubs de fans en los laterales de los estadios, lo más importante es la entidad "Kurve", que reúne a los más ardientes partidarios y permite formar una "comunidad" de todo el club. En el Kurve, no hay una verdadera estructura de la animación: las canciones son espontáneas, a veces marcadas por bombos, y la entrada de los jugadores en el terreno de juego va acompañada de los clásicos bufandeos, o en algunas aficiones, incluso, de banderones.
El estilo es fundamental para la reputación de los aficionados alemanes en su propio país y a través de las fronteras. Inspirado en cierto look heavy, el aficionado alemán de la época solía ir con una chaleco vaquero, cubierto de parches donde proclamar el amor a su equipo, su odio a los equipos enémigos, su colegueo con aficionas amistosas o sus opiniones políticas.
HOOLIGANS EN ALEMANIA:
Con la aparición de los fan-clubs, también surgen al unísono los primeros incidentes entre aficiones, especialmente en aquellos partidos con fuerte rivalidad regional, destacando especialmente la zona del Ruhr. La violencia es espontánea y no organizada y se suele limitar a algunos golpes y/o bufandas robadas, aunque se vean inmersos en las mismas, en algunos casos, hasta cientos de personas.
Sin embargo, a comienzos de los años ´80, las cosas cambian. Comenzaron a aparecer los primeros skinheads en las gradas y los alemanes empezaron a interesarse, de una manera mucho más activa que años anteriores, por el fenómeno hooligan que por aquella época arrasaba en toda Inglaterra. Pero, al contrario que en Inglaterra donde las firms solían ser más informales, los nuevos grupos alemanes querían mantener una cierta estructura y un vinculo mucho más cercano a su club. Este camino no fue exento de problemas, por ejemplo, en 1983 surgieron los Rheinterror en Leverkusen para apoyar al Bayern de la localidad y el club hizo presión para que los hooligans locales no tuvieran un nombre tan explícito. Finalmente, los gamberros de Leverkusen cedieron a las presiones y cambiaron su nombre por el de Lev-Szene.
Muchos notas de extrema derecha comenzaron a infiltrarse en el reciente movimiento alemán: así surgen, por ejemplo, el Adlerfront en Frankfurt, Borussenfront en Dortmund, y así sucesivamente. Muchos de estos grupos, sin embargo, pasaron sin pena ni gloria y muchos no eran reconocidos en sus respectivos Fan-Clubs.
En octubre de 1982, los enfrentamientos entre los aficionados de la ciudad de Hamburgo y Werder Bremen terminaron de manera trágica. Un joven fan del Werder Maleika Adrian, de 16 años, fue asesinado por una piedra lanzada por un seguidor del Hamburgo. Esta es la primera muerte en la historia de la Bundesliga. Esto no impedirá que los incidentes se multipliquen a lo largo de la decada. También lo hace la represión policial y el acoso de las autoridades por lo que en años posteriores los hooligans alemanes se volverán más sofisticados y darán menos el cante a la hora de buscar enfrentamientos.
Para los más extremistas, la selección nacional alemana reflejaba el poder de toda una nación. Torneos internacionales daban lugar a grandes concentraciones de vándalos de diferentes clubes y diversos países. Durante la Eurocopa del 1988, los alemanes se enfrentaron duramente a los ingleses en Düsseldorf. Posteriormente, las principales competiciones internacionales se tradujeron en una importante movilización por parte de la escena alemana. De hecho, diez años después, en 1998, 2 hooligans alemanes golpearon al gendarme Daniel Nivel en Lens, eran seguidores del Hamburgo SV.
"LA AMISTAD PARA SIEMPRE"
Uno de los aspectos más interesantes de la escena alemana es la existencia de fuertes vinculos de amistad entre hinchadas de diversos equipos. Muchas de ellas comenzaron a gestarse a finales de los ´70 y comienzos de los ´80.
Algunas surgen como una defensa involuntaria de los seguidores frente al vandalismo de los hooligans. Por ejemplo, los seguidores del Colonia se hicieron colegas de los del St. Pauli, desde un partido de la temporada 1977/78. Aquel día, el Colonia ganó el partido y se convirtió en campeón de la Bundelisga, a costa de un St. Pauli ya descendido jornadas atrás. Los aficionados de ambos clubes montaron una gran fiesta para celebrar el título de los primeros y muchas amistades personales se forjaron desde ese momento.
Pero no sólo se producen amistades masivas entre hinchadas diversas. Los grupos hooligans también comienzan a organizan alianzas en función de amistades o enemistades varias, como por ejemplo "la Alianza del Norte" entre Hamburgo, Hannover y Bielefeld. Una de estas amistades entre los grupos hooligans del Nurnberg y del Schalke 04 posteriorment se extendió al resto de ambas aficiones.
Algunas amistades fueron tan enrevesadas que acabaron mal como las del Hamburgo y el Nurnberg en 1972. Resulta que el Nurnberg jugaba un partido en casa frente al Schalke 04 y estos se encontraban "hermanados" con los aficionados del Bochum, que a su vez, tenían buenas relaciones con los del Bayern de Munich. Esto fue motivo suficiente para que los seguidores del Bayern dieran la espalda a sus colegas de Nunrnbeg en este partido y el motivo de la ruptura de relaciones entre ambas hinchadas.
La comercialización de algunas amistades y el deseo de "hacer caja" de algunos listos acabó con algunas de las más antiguas amistades alemanas como la del Kaiserlautern y el Werder Bremen o el Sttutgart y el Eintracht de Frankfurt.
BUNDESLIGA CONTRA OBERLIGA:
La Alemania de la Guerra Fría se vivió en dos mitades divididas: la occidental y la oriental: la Bundesliga y la Oberliga. La importancia política y social del fútbol en ambos "paises" propició también piques entre clubs y, por supuesto, amistades entre las fronteras. Y un fenómeno más curioso aún: debido a la debilidad de la zona oriental en lo que a materia futbolística se refiere muchos ciudadanos del este tenían, aparte de su equipo natal, su equipo en la zona occidental.
A partir de los años ´80, el fenómeno hooligan decrece en toda Alemania, en particular en la zona occidental, pero no es así en la zona Oriental, donde el fenómeno se encontraba en un ligero auge. De hecho, los aficionados organizados al fútbol en la RDA eran muy mal vistos por algunos mandatarios del Partido Comunista. Asimilaban que el fútbol, en un estado socialista, no era más que un sinónimo de caos y de disturbios. Esto provocó que los aficionados más radicales de algunos clubs convirtieran esas "pesadillas" en realidad, en particular los hooligans del Dynamo de Dresden y los del CFB Berlin.
Con la reunificación alemana se intentó fomentar una paridad ficticia entre la parte comunista y la capitalista, con el tiempo, se ha visto que esta igualdad no es más que propaganda y promesas vacias. Lo que en un principio no se vió en otros aspectos de la sociedad, si que se vió claramente en el fútbol donde sólo el campeón y el subcampeón de la zona oriental pudieron competir en la Bundelisga, mientras que los seis siguientes tuvieron que conformarse con hacerlo en la segunda división.
Es a partir de esta reunificación cuando en la antigua RDA explota de forma increible el tema de la violencia en los estadios. La ley se mostraba con muchas lagunas y dificultades para hacer frente a los grupos hooligans que venian del este. En particular, se mostraban muy bravos y contudentes los hooligans de los siguientes equipos: Dynamo de Dresden, Hansa Rostock, Magdeburgo y Berlin FC.
Debido al bajo nivel de clubes de Alemania Oriental, la Liga Regional de Oriente (tercera división), resulta ser la más activa en lo que a altercados e incidentes se refiere. Así, el partido del VfB Leipzig-Dynamo Dresden en 1993-94 se considera como el partido más "caliente" de la decada de los ´90, con impresionantes peleas y la casi total destrucción de la zona visitante. Los seguidores de la zona occidental se mostraron muy cautos en aquellos años en sus viajes a la zona oriental, de hecho, casi ninguna hinchada viajaba y la que se atrevía a hacerlo, como la del St. Pauli a Rostock en 1990 lo pasaba muy mal debido a la hornada de nazis y boneheads varios que acudían al partido con intenciones no muy amistosas. Tras ese partido en Rostock, los fans del St. Pauli suspendieron sus viajes hacia el Este, hasta 1993.
A partir de la decada los ´90, el modelo ultra comienza a despuntar en Alemania. La fuerza de la cultura tradicional de gradas en el país había hecho hasta entonces impermeable el modelo alemán a la influencia latina que se producía en la mayor parte de Europa: Francia desde hacía 10 años, el Estado Español desde hace 15, Italia desde hacía 25, etc...Sin embargo, en tan sólo una década el modelo ultra crece y se expande en todas las divisiones, para convertirse en uno de los más fuertes actualmente en todo el continente europeo.
LOS PIONEROS:
Muchos consideran que las razones para la llegada del movimiento ultra a Alemania se encuentra en el hecho que muchas aficiones alemanas hacían para seguir a sus equipos en las competiciones internacionales, particularmente en sus viajes a Italia. Los primeros "tifos" con globos o con cartulinas se comienzan a extrapolar en aquellos años a las gradas alemanas, así como cierta organización en lo que al tifo se refiere.
Tomemos como ejemplo la creación de los "East Side" del Werder Bremen en 1997, donde se produce todo un relevo generacional. El "East Side" fue muy importante porque fue uno de los primeros proyectos de grupos ultras que surgían con el fin de aislar, aún más si cabe, a los hooligans locales que ya entonces, en el Ostkurve, tenían bastante poca fuerza. A la reunión fundacional en el verano de 1997, sólo acudieron 25 personas de todo el fondo, pero a pesar del escepticismo del propio equipo y del resto de seguidores del Werder, la primera piedra estaba puesta y el grupo siguió hacía adelante.
Aunque, las primeras experiencias ultras, datan de finales de los ´80 como los "Fortuna Eagles" de 1986 que animan al Fortuna Colonia (segundo equipo de la ciudad) y aún en activo, o los Mad Boyz del Bayern Leverkusen en 1990, no es hasta mediados de los ´90 cuando comienzan a proliferar grupos por todas partes. En 1994 surgen los Ultras Nunrbeg. En 1995 surge un grupo en el Eintracht de Frankfurt, que dos años después cambia el nombre por el actual de Ultras Frankfurt. Surgen, desde entonces, otros grupos como Wilde Horde del Colonia, los ultras del Friburgo o los Munich Manicas del Bayern de Munich, por citar sólo algunos ejemplos.
En los años siguientes el fenómeno se extiende a velocidad de vertigo. No importa en que lugar del país (oriente u occidente) y en que división se encuentren los equipos. Desde las ligas regionales a la Bundesliga, se crea un espectácular estallido de grupos en todos los estadios. Internet desempeña un papel muy importante en esta rapida expansión.
Sin embargo, no se puede cambiar el modelo de vivir el fútbol tradicional alemán durante los últimos 30 años, en apenas un par de años. Muchas costumbres continuaron prevaleciendo y muchos grupos ultras en esos comienzos no eran más que Fan-club´s organizados y dedicados unicamente al tema de la animación en el estadio, creación de tifos y muy poquito más. No se podía hablar por aquel entonces de grupos ultras al 100%, pues otros aspectos (no básicos, pero si presentes) de la cultura ultra como la violencia entre enémigos o la idea de un grupo guía en la kurve, todavía no se daban entre estos grupos alemanes.
En los comienos, por otra parte, los grupos alemanes se limitan a copiar todo lo que ven del extranjero, pero con resultados bastante buenos. En cierta manera, debido a la disciplina y la organización típica alemana, muy lejana del mayor espontanéismo e indisciplina de los ultras del sur de Europa. Se comienzan a ver coreografías en las que se involucra a varios miles de personas, favorecidos además, por unos estadios acordes al siglo XXI, amplios, funcionales, sin pistas de atletismo, y con muchas posiblidades para la creación de tifos.
EN EL CORAZÓN DE LA AFICIÓN:
El año 2000 marca el verdadero inicio de los grupos ultras, tal y como los conocemos en el resto del continente. Los grupos comienzan a crecer y a tomar nota del poder que pueden llegar a ejercer sobre el resto de la hinchada. Se comienzan a organizar los canticos al estilo italiano, con un megáfono o micrófono para guiar a toda la curva en post de cantar una única canción al unisono, bien es cierto, que la mayoría de los canticos siguen siendo los tradicionales del fútbol alemán y muchas veces estos están influenciados sobre el desarrollo del partido, esto es, si el equipo va perdieron la kurve, por lo general, se queda muda, pero si el equipo va ganando y realiza un buen juego, la situación cambia.
Mientras la organización y el número de los grupos sigue en aumento. Los ultras del Gelsenkirchen (por citar a un grupo de categorías bajas) tienen en la actualidad unos 350 miembros, los Schickeria Munchen o los Ultras Frankfurt presumían la temporada pasada de tener 700 socios cada uno. Otros grupos, como los Comando Cannstatt del Sttutgart son los "culpables" de reactivar todas las actividades de su kurve entera e invertir la trayectoria descendiente que tenían los seguidores del Stuttgart antes del nacimiento de su grupo ultra. En Dortmund, "The Unity" data de 1997, pero en un fondo tan grande es imposible aunar a tanta gente en un sólo grupo, por lo que hay repartidos por todo el fondo grupos ultras como los "Desperados" u otros fan-club´s que se acercaron al fondo de "The Unity" por ser el sector más caliente de la afición del Borussia de Dortmund. Como una muestra de unidad en el fondo está colgada desde el techo la siguiente pancarta: Gelbe Wand Sudtribune Dortmund", Gelbe Wand significa Muro amarillo.
Es en esta relación entre grupos ultras y fan-club´s "normales" donde se ve una clara diferenciación en el modelo alemán y otros como el francés o el italiano. Y es que, por ejemplo, en Francia nunca existieron las peñas como tal y los primeros que asumieron la organización de los aficionados fueron los ultras. En Italia, los ultras gozan de tal autonomía que hacen o dejan de hacer cualquier cosa en función de sus propias convicciones, mientras que en Alemania, cualquier cosa que realicen los ultras del equipo, tiene que estar "apoyada" en mayor o menor medida por algunos otros Fan-club´s.
Con el crecimiento de los grupos ultras alemanes, también comienza a crecer al unisono una represión que se ceba con los grupos principales del panorama. Por ejemplo, 59 miembros de los "Schickeria Munchen" tienen prohibia la entrada a la final de Copa de Alemania de hace unos años por su presunta participación en unos incidentes ocurridos durante la temporada en Duisburgo. Esto llevó a los ultras del Bayern a intentar boicotear dicha final y a suspender sus actividades durante un tiempo prudencial.
Otro caso es de los ultras del Frankurt, que se encerraron en su estadio en respuesta a la prohibició de acceso al mismo para 30 de sus miembros durante 3 años y medio acusados de realizar daños en el centro de la ciudad e Colonia, en Marzo del 2006.
Todos estos episoidos de represión a los grupos alemanes han llevado a la creación de subgrupos y grupos pequeños por cuestión de afinidad, mentalidad, edad o lugar de residencia, lo que ha llevado a la disgregación de algunos grandes grupos. Sin ir más lejos, los propios "East Side" del Werder Bremen se disolvieron hace dos temporadas por este motivo.
Una base fundamental para crear una identidad propia como movimiento es la originalidad, su capacidad para destacar entre lo que se hace en otros lugares por otras personas. Esta es la principal crítica al movimiento alemán. Esta falta de originalidad la podemos ver en el propio nombre de los grupos. Centrándonos en una región cualquiera de Alemania, por ejemplo en el Rhur, podemos encontrarnos a los Ultras GE del Schalke 04, a los Ultras Monchengladbach, a los Ultras Bochum, a los Ultras Essen, a los Ultras Dusseldorg y a los Ultras Leverkusen.
Son muy raros los casos donde el nombre del grupo es original, y mucho menos que el nombre esté en alemán. Podemos destacar como uno de los más originales el de los "Schickeria" del Baryen, que viene de una lejana historia de la capital de Baviera protagonizada por un sitio llamado "Schickimickis", cuyos habitantes eran descritos como la gente más inteligente de todo su entorno. El nombre de este grupo, formado en el 2002, por tanto no deja de ser curioso, original e intrasferible porque "juega" con algo intrínseco a la ciudad de Munich. Otros nombres originales serían los de "Wilde Horde", los "Phoenix Sons" o los "Harlekins" del Hertha de Berlin.
EL DESAFIO DEL FÚTBOL MODERNO Y LA REPRESIÓN:
Los ultras han ido cambiando, poco a poco, su papel "neutro" en lo que a algunas cuestiones se refiere. Por ejemplo, han comenzado a oponerse a decisiones de su club, de la federación de fútbol alemana o de otros organismos del fútbol nacional e internacional.
A nivel de club, algunos Ultras se han opuesto abiertamente a cuestiones tales como el cambio en los colores de la camiseta o en el nombre del estadio. En Bremen, han desarrollado una iniciativa "No naranja" para criticar la intrusión del naranja en su camiseta tradicional verde y blanca. En Nurnberg, realizaron una campañara para evitar el cambio de nombre de su estadio de Max Morlock, un ex-jugador del club por el de Easycredit, una entidad financiera. Los ultras del Bochum también se movilizaron la temporada pasada para evitar el cambio del nombre de su estadio de Rhurstadion a Rewirpowerstadion.
Muchas hinchadas se han movilizado en contra de estos cambios de nombre en favor de empresas capitalistas, por lo que conlleva de perdida de identidad y de destrucción importante de la historia del club y su memoria colectiva. Muchas veces estos cambios en el nombre también han servido para la reestructuración de los propios estadios, jodiendo las únicas zonas en las que se podía ver el fútbol de pie.
Otra cuestión es la limitación coreográfica a la que se enfrentan muchos de estos grupos alemanes. Por ejemplo, y al igual que en el Estado Español, hay prohibición expresa y muy rigida sobre la utilización en el estadio de bengalas y botes de humo. Sólo se pueden encontrar estos elementos en equipos de divisiones muy inferiores y en algunos equipos de la antigua RDA, donde la ley se aplica de manera menos rígida.
Por ejemplo, los ultras del Dynamo de Dresden celebraron uno de sus aniversarios con un espectacular bengaleo, una de las excepciones que confirma esta regla. También esta prohibido en los viajes de los grupos, según a que estadios (es decir, si hay rivalidad fuerte o no) la prohibición del uso de megáfonos, estandartes, banderones, etc...
A nivel nacional, se han reunido los Ultras pronto para discutir los problemas comunes que les afectan. La primera reunión se remonta a 1998 y asistieron grupos de 15 ciudades. A principios de esta década, en el marco del Pro-reunificación Fans, la acción conjunta en contra de la comercialización del fútbol se formaron: "Pro 15.30" para unificar los horarios de los partidos y "Kein Kick ohne uns" ( "No es un juego sin nosotros") que afirman el lugar de los aficionados en el fútbol. En 2002, 130 representantes de 30 grupos, con los trabajadores del Fanprojekte participaron en la segunda sesión, durante el cual los temas relacionados con la represión y los efectos del fútbol-negocio fueron amplias y constituyeron una plataforma para las reclamaciones conjuntas. Esta plataforma organizó una marcha en Berlin antes de la final de Copa de aquel año a la que acudieron 1.000 personas de muy diversos grupos como muestra de unidad.
Algunas reclamaciones de los ultras son, como hemos dicho, la unificación de los horarios de los encuentros. El mismo día y la misma hora. La prohibición de que cualquier partido finalize más parte de las 20:00 horas o que ante un posible cambio de fechas de algún partido en concreto se avise a todos los aficionados con un mes de antelación como mínimo. También reclamaciones propias como la introducción de elementos pirotécnicos en casa, más facilidades en los viajes respectivos con el acceso de algunos elementos de animación y la denuncia constante contra la represión y los abusos de la policía.
AMISTADES Y ENEMISTADES:
Los ultras han creado a lo largo de los años una serie de relaciones intergrupales. Por ejemplo, los ultras del Karlsruher y del Hertha Berlin comenzaron una amistad entre sus respectivos grupos que, posteriormente, se extendió al resto de ambas aficiones. Otro ejemplo de amistad, en este caso a tres bandas, es el triángulo formado por los hooligans del Mannheim, Braunschweig (Nota al traducir: Probablemente nombres incorrectos) y los suizos del Basel, que posteriormente, también pasaron a los grupos ultras de estos equipos.
También otras relaciones se deterioran con el paso del tiempo. Es el caso de los ultras del Kaiserlautern que han forjado una gran amistad con los ultras del Bielefeld, dando de lado a la vieja amistad entre aficiones que los unía con los seguidores del 1860 Munich.
En el plano internacional, los ultras alemanes han desarrollado una serie de contactos con grupos extranjeros. Grupos franceses de las ciudades fronterizas están vinculadas a grupos de alemanes de los pueblos vecinos: Ultra Boys Estrasburgo con ultras del Karlsruher, Horda Frenetik Metz con Generación Luzifer Kaiserslautern y los ultras del Nancy con los del Saarbrucken. Hubo, incluso, un momento en que el club de fans desaparecido "Blue Pirates" apoyaba tanto al Estrasburgo como al Karlsruher! Otras amistades serían los ultras del Colonia con los Supras Autevil. En el Este, los Ultras Dynamo guardan buena relación con los fans del GKS Katowice polaco y Boys Bielefeld con hooligans del Debrecen húngaro. En el Sur, los ultras del Nurnberg también tienen buena relación con los Supras Autevil del PSG, y en menor medida, el Commando Ultra con los Ultras Nurnberg, y también con un núcleo de Ultra´ St. Pauli. En Italia, los del Karlsruher mantienen buenos contactos con algunos Ultras Pisa.
POLITIZACIÓN LIMITADA:
Desde los años en los que se dió un pequeño "boom" de boneheads animando a determinados equipos alemanes a lo largo de los ´80, la politización ha ido decreciendo. Con excepciones notables, como la del St. Pauli, se podría decir que el movimiento alemán es casí completamente apolíticos.
De hecho, el movimiento alemán es uno de los menos politizados de Europa, comparándolo, sobre todo, con los ultras del Sur y del Este del continente. Algunos grupos, sin embargo, se resisten a inclinarse hacía esa apolitización del movimiento, como los Wilde Horde del Colonia que cuelga siempre de su valla, el rostro del guerrillero "Che" Guevara. Esto ha abierto un debate en Alemania, porque los grupos de gorrinos no podrían expresar de manera tan evidente su adscripción ideológica al estar severamente penadas las expresiones de admiración al regimen nazi.
Si bien, el poso de apoliticismo es evidente entre casí todos los grupos, no lo es la lucha contra el racismo, a la cual se adhieren una amplia mayoria de grupos. Esta tendencia ha sido históricamente abanderada por grupos como Ultras Frankfurt o Ultra´ St. Pauli y seguida por grupos más pequeños como Inferno o Filmstadt Babelseber o incluso por grupos de la ex-RDA como los Diabos Leipzig. Hay grupos, como los del St. Pauli, que van un paso más adelante y no sólo se posicionan contra el racismo, sino contra el fascismo como ideología política, tal caso sería el de los Schickeria Munchen del Bayern. De hecho, la relación entre estos dos grupos se ha visto acrecentada por esta visión política común. También destacar que los primeros organizan en su barrio todos los años un mundialito contra el racismo desde hace varios años.
LA ETERNA DIFERENCIA ESTE-OESTE:
Todavía hay muchas diferencias entre el fútbol de la antigua República Democrática de Alemania y la desaparecida República Federal de Alemania. Sólo un equipo del este estaba en la Bundesliga en la temporada 2006/07, el Cottbus, mientras que el Carl Zeiss Jena y el Hansa Rostock, se conformaban con la segunda división alemana. A causa de este bajo nivel futbolero y de las dificultades económicas en los Lander del Este, la infraestructura de los clubs, incluidos los estadios, son significativamente más bajos entre estos equipos.
Los ultras tampoco han evolucionado de manera igualitaria en ambos lados. Los ultras del lado occidental surgieron a partir de 1995, basicamente como un movimiento copiado de todo lo que se hacía en la época en Francia e Italia, principalmente el tema de las coreografías y tifos. Renunciando, en su mayoría, a la violencia por diversos motivos: el primero la reputación el seno interno del club, el segundo porque la represión se volvería rapidamente contra la escena y sería su aniquilación total y en tercer lugar porque en el lado occidental el movimiento hooligan y el ultra está totalmente dividido y definido. Con el tiempo esta tendencia se ha ido cambiando y ya se han visto algunos incidentes entre grupos del lado occidental. Esto es debido a que también se han cambiado las relaciones que mantenian los grupos con sus respectivos equipos, desde hace algunos años.
En el lado oriental los grupos llegaron algo más tarde, en su mayoría a comienzos del año 2000. Por la proximidad geográfica y, también, por crecer en un contexto socil mucho más duro que en la ex-RFA, el modelo seguido por los ultras es, ante todo, el modelo polaco de animación. Esto es, coreografías y canciones durante todo el partido, pero también utilización continua de la violencia contra otros grupos.
Este diverso contexto social abrió un debate hace unos años en el seno del movimiento alemán, pues los ultras y hools del Este, se ven a ellos mismos como mucho más ingeniosos que sus vecinos ante la falta de medios y, a su vez, acusan a los ultras del lado occidental de estar aburguesados. Esto no es más que un fiel reflejo de la tensión reinante en la sociedad en general. De hecho, muchos ciudadanos del este de Alemania verían con buenos ojos la vuelta a los tiempos de la RDA. En cuestión de violencia, y en lo que se refiere a los grupos ultras, los del este siempre se llevaron la palma, por ejemplo, un total de 238 ultras y hools del Dynamo Dresden tuvieron prohibido el acceso al estadio por peleas en la vuelta del equipo a la segunda división.
Una muestra más de la provocación que ostentan los Ultras Dynamo contra sus vecinos occidentales fue la confección de una pancarta con el lema "Ultras wess aufs Mutilar", literalmente "En tu cara, Ultra occidental". Las letras están hechas con trozos de bufandas y pancartas robados a los grupos de esta zona. Esta fue contestada por la Wilde Horde del Colonia en su visita a Dresde la temporada pasada con dos pancartas-mensaje: "Hecho en Alemania Occidental" y "Unsere Soli. für euch: 100 schals", esto est, "Nuestra solidaridad con ustedes: 100 bufandas" y enseñando a su vez 100 bufandas robadas a grupos del Este en los últimos años.