sábado, 2 de noviembre de 2013

Tres equipos de Berlín, tres historias de fútbol.



Tan disímiles en nombre como en trayectoria, BFC Dynamo, 1. FC Union Berlin y Hertha BSC son clubes de fútbol que hallan en el orgullo de representar a Berlín su único punto de convergencia. El resto de sus particulares desarrollos, como si se tratara de trillizos que son separados de la madre apenas llegaron al mundo, apenas y observa alguna coincidencia. Aquí una semblanza única para tres perfiles distintos...

BFC Dynamo, 1. FC Union Berlin y Hertha BSC:

Parte intrínseca de su historia, los tres equipos de fútbol más representativos de Berlín han pasado también por épocas variadas en las que acciones encomiables se han alternado con sucesos tan inexplicables como contradictorios.

Sus escudos han sido honrados con las más altas glorias y humillados con los más rotundos fracasos pero, al igual que la ciudad en la que nacieron, encontraron en su propia reinvención un medio de supervivencia.

Respetuosos de la tradición que los respalda, pero al mismo tiempo negados a la idea de vivir del pasado, esta tríada deportiva continúa inamovible en lo único que da sentido a su existencia: jugar al fútbol.

Tan disímiles en nombre como en trayectoria, BFC Dyanmo, 1. FC Union Berlin y Hertha BSC son clubes que hallan en el orgullo de representar a Berlín su único punto de convergencia. El resto de sus particulares desarrollos, como si se tratara de trillizos que son separados de la madre apenas llegaron al mundo, apenas y observa alguna coincidencia.

En realidad sobresalen o al menos se antojan más interesantes sus diferencias, fomentadas no tanto dentro de la cancha como fuera, incapaces de comprenderse sin conocer los hechos históricos más importantes que han tenido lugar en Berlín.

Es probable que ninguno de los equipos de cualquier otra región alemana, y probablemente del mundo, se muestre tan unida al destino de la ciudad que le dio origen.

A continuación revisaremos algunos fragmentos de la historia pretérita de cada una de estas escuadras, los acontecimientos que las han convertido en amigos o en férreos rivales, los nombres de los jugadores que han quedado en la memoria de miles de fanáticos. Y también de su presente, digno de mencionarse –y de celebrarse- no porque se halle o no lleno de triunfos sino porque siquiera, y en ocasiones contra todo pronóstico, persiste.

Un inicio:

Empezaremos con Hertha BSC, el único de estos tres equipos que posee el honor de pertenecer actualmente a la 1. Bundesliga (primera división el fútbol alemán). Si ya de por sí el origen de su nombre es poco convencional –Hertha es una de las variaciones que tiene el nombre Nerthus, diosa de la fertilidad en la mitología alemana-, éste se queda muy atrás si se le compara con las razones por las que su característico uniforme es azul y blanco: uno de los hombres que fundó el equipo vio esa combinación de colores en la chimenea de un barco de vapor y le gustó.

Hablamos del año 1892 y en realidad eso de “hombre” es un decir, pues el grupo de fundadores estaba compuesto por adolescentes tan jóvenes que se vieron en la necesidad de pedir al tío de uno de ellos que fungiera como presidente del club.

Desde un principio los jugadores que lo integraron mostraron un estilo propio y efectivo y ya para 1905 habían ganado el campeonato de Berlín. Posteriormente tendrían problemas financieros pero ni eso impidió que entraran a la Oberliga Berlín-Brandenburgo, donde fueron líderes por siete veces consecutivas –de 1925 a 1931, y todavía ganarían nuevamente en 1933-. Desde dicha posición pelearon la final de campeonato alemán seis veces –de 1926 a 1931-, consiguiendo el triunfo únicamente en las temporadas de 1930 y 1931.

También el equipo Union de Berlín ha dado pelea por más de una centuria aunque, dada su complicada evolución a través del tiempo, y sobre la que hablaremos más adelante, se antoja doblemente antiguo. De hecho el nombre de SC Union no le fue concedido sino algunos años después de que se registrara con su apelativo original, SC Olympia 06 Oberschöneweide (este último, el nombre de un distrito en Berlín), hecho que tuvo lugar en 1906.

Desde un inicio apodados “Schlosserjungs” (algo así como “los chicos cerrajeros”), gozaron pronto del apoyo de la clase obrera. De hecho, se dice que el color azul que adoptaron en ese entonces para su uniforme había sido inspirado en los overoles de los trabajadores del metal que había en la región.

Caracterizado por su gran empuje, el equipo pronto adquirió fuerza en la época llamada de “entre guerras”. Incluso llegó a la final del campeonato de Alemania en 1923, misma que perdió ante el Hamburger SV.

Por su parte, el nacimiento del BFC Dynamo no pudo ser más distinto que el de sus “hermanos” berlineses. De acuerdo a su página web oficial, el día en que se considera su fundación es el 15 de enero de 1966, aunque sus orígenes pueden ubicarse desde 1949, cuando algunos miembros de la Volkspolizei (Policía del Pueblo), manera en que se designaba al cuerpo policíaco de la República Democrática Alemana (RDA), deciden fundar una escuadra de fútbol.

De allí que a nadie extrañe el hecho de que el club contara en todo momento con el apoyo del sector oficial de la RDA dentro de los confines de un país todavía dividido.

Una vez rebautizado con el nombre con el que se le conoce ahora, y conformado por jugadores vestidos con los colores rojo vino y blanco que lo caracterizan, el equipo fue prácticamente imbatible en la primera división de la RDA, ganando diez torneos consecutivos –de 1979 a 1988-.

Sobra decir que ésta es considerada una época oscura en la historia del club, pues ya entonces se sabía que algunos partidos se amañaban a su favor, siendo que la cúpula de poder de la RDA, incluyendo algunos miembros de la Stasi (agencia de seguridad estatal: Ministerium für Staatssicherheit), así lo habían decidido. Por extraño que pueda parecer, sus tentáculos de poder se extendían incluso hacia lo que sucedía dentro del terreno de juego.

Modificaciones durante la Guerra Fría y tras la Reunificación:

En su calidad de portavoces futbolísticos de la capital, al menos en el caso del Hertha y el Union, éstos ya habían sufrido modificaciones considerables al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando todas las instituciones alemanas, incluyendo las deportivas, fueron cesadas y sometidas a un proceso de reestructuración.

En cualquier caso, ambos equipos se las arreglaron para sobrevivir y adaptarse a los cambios. En el caso del Hertha, con sede en Berlín Occidental, éste fue uno de los equipos fundadores de la Bundesliga en 1963.

Otra sería la situación del Union, equipo que sería disputado por ambas fracciones de la Berlín dividida hasta que finalmente se opta por la creación de dos equipos: el Sport Club Union 06 Berlin para el Oeste, cuyo juego sinceramente nunca destacó (de hecho aún existe, aunque juega en el circuito de las ligas amateurs de Berlín) y el 1. FC Union Berlin para el Este, equipo que se integró en 1966 a la primera división de la RDA y que, dada su tradicional identificación con las clases trabajadoras, desarrolló una rivalidad insalvable con el oficialista Dynamo, a sus ojos –y el de sus hinchas- considerado “el equipo de la Stasi”.

Tras la caída del Muro en 1989 y la posterior reunificación un año después, los clubes de fútbol, sobre todos los que pertenecían a la RDA, nuevamente fueron motivo de reajustes que, al menos en el caso de Union y Dynamo, dada su endeble situación financiera, entre otras cosas, no jugaron necesariamente a su favor.

El primero, por ejemplo, observó tremendas dificultades para formar parte de la 2. Bundesliga (segunda división alemana), hasta conseguirlo para la temporada 1998-99, mientras que el Dynamo sufrió descalabros deportivos y estructurales que incluyeron cambios de nombres hasta finalmente ubicarse en la NOFV Oberliga Nord, cuarta división del futbol alemán (quinta ya, si consideramos la entrada en vigor de la 3. Bundesliga, inaugurada en la campaña 2008-2009), de la que todavía forma parte.

Jugadores, estadios, fanáticos:

No cualquier equipo puede presumir el tener como estadio sede el famosísimo Olympiastadion de Berlín, con capacidad para unos 75,000 espectadores. Hertha y los alrededor de 55,000 fanáticos promedio que acuden a sus partidos lo hacen llenando el espacio con sus cánticos.

A esa memoria colectiva teñida de blanquiazul se aferran nombres legendarios como el de Michael Preetz, líder de goleo de la Bundesliga en la temporada 1998-99 o el brasileño Marcelinho, artillero imparable que de 2001 a 2006 hizo suyos las zapatillas y los peinados multicolores.Pero también el Union cuenta con jugadores destacables como el centrocampista Reinhard Lauck, cariñosamente apodado “Mäcki”, berlinés incansable que se movía por toda la cancha y al que entrenadores e hinchas por igual amaron tras su contratación –en 1968- y odiaron con toda su alma luego de 1973, cuando en un acto incomprensible se pasó al bando de los detestados Dynamo.

Como sea, él y otros futbolistas de abolengo dejaron su marca sobre el césped del Stadion An der Alten Försterei, cancha que la escuadra utiliza desde agosto de 1920 y que ha pasado por diversas remodelaciones hasta dejar un espacio apto para 19,000 espectadores, todos listos para elevar el acostumbrado grito de batalla, “Eisern Union” (¡Hierro Unión!), en los encuentros de su equipo, actualmente uno de los dieciocho que integran la 2. Bundesliga.

Como todo club de innegable tradición, Dynamo cuenta asimismo con su estadio, el Sportforum Hohenschönhausen –por eso, además de “los Wine Reds” también llevan el apodo de “Hohenschönhauseners” o “los de Hohenshönhausern”, que es el nombre del distrito en el que se encuentra el campo-, el cual fue construido en 1970 y tiene una capacidad para alrededor de 10,000 espectadores.

Pese a que su pasado no es precisamente motivo de presunción, sí lo es la calidad de algunos de los jugadores que ha habido entre sus filas, entre ellos Thomas Doll, destacado mediocampista ofensivo que portó la camiseta roja y vino hasta 1989 –tras la reunificación sería contratado por el Hamburger SV- o Andreas Thom, delantero que cedió sus poderosas piernas a la causa de 1980 a 1989, cuando es adquirido por el Bayer 04 Leverkusen.

Finalmente producto de su tiempo, ambos jugarían para el equipo de la Alemania reunificada en la década de los noventa.

Tiempo extra:



Si hay algo que no puede negarse a ninguno de estos tres equipos es el respeto que continúan demostrando a sus seguidores y, por ende, a su propia tradición.

Lo de menos es que en la actualidad peleen en ligas distintas o que su nivel de juego sea cada vez menos equiparable. Tampoco importan ya las glorias pasadas, aquellos años en los que, con trampas o no, Dynamo era el súper líder de la RDA y Union el persistente rival honrado –en cualquier caso uno no se entiende sin el otro-, ni aquel período entre guerras donde la sola mención del Hertha provocaba muestras de júbilo entre incontables berlineses.

Lo destacable es que esta singular tríada deportiva encontró el modo de seguir en la contienda, de subsistir a pesar de los obstáculos, ya los propios que conlleva el juego, ya los que nada tuvieron que ver con el fútbol y que, valga decirlo, no fueron pocos ni fáciles de superar.


De eso sabe mucho esta tríada de escuadras porque en ellas, como en otras cosas más, Berlín halla el reflejo de su historia.



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