Florin Valeriu Raducioiu ,nació en Bucarest un 17 de marzo del 70. Comenzó a jugar en el Dinamo de Bucarest. En 1990, Raducioiu ficha por el Bari. El año siguiente se cambia al Verona y uno más tarde (1992/1993) se marcha a Lombardía para fichar por el Brescia, donde coincidió con Gheorghe Hagi, el ‘Maradona de los Cárpatos’. En la 93/94, ficha por el todopoderosísimo AC Milan. Tras un año allí firmó por el Espanyol, el segundo equipo de su carrera en el que más partidos disputó (seguidos). Fichó por el West Ham londinense. Y volvió al Español, en la 96/97.
Decidió probar entonces en la Bundesliga y firmó por el Stuttgart. En el 98 volvió al Brescia y retornó en la 2000/2001 a la ya devaluadísima liga rumana, para jugar con su Dinamo 8 partidos. En la 2001/2002 se fue a otro grande europeo: El AS Monaco. Sus últimos goles, o mejor dicho, su último gol, lo metió con los franceses del Créteil-Lusitanos. Y allí colgó las botas.
Producto de la cantera del Dinamo de Bucarest, debuta en el primer equipo con apenas 16 años de la mano de Mircea Lucescu. Un par de años más tarde se asienta como titular en un equipo que alcanza los cuartos de final de la Recopa de Europa en 1989 y las semifinales en 1990. En la temporada 1989-90 gana el doblete nacional de liga y copa, rompiendo la hegemonía del Steaua de Bucarest, y anotando además 3 goles en la final copera ante su gran rival tradicional. Sus buenas actuaciones le valieron un hueco en la selección rumana de cara al Mundial de Italia y un traspaso al extranjero. Raducioiu fue el primer jugador en participar en las 5 grandes ligas europeas, y el único junto al danés Christian Poulsen.
Florin Raducioiu jugó en el Espanyol de Barcelona, entre otros muchos y grandes equipos, como el Milan, además de en la selección de su país.
Cuando jugaba en el West Ham inglés, su entrenador, Harry Redknapp, le puso a caldo porque el día antes de un partido contra el Manchester United, se pudo ver al rumano de compras con su novia. El rumano respondió marcándole un gol a los diablos rojos.
Sus mayor mérito con la selección fue coronarse como máximo goleador de los grupos de clasificiación europeos para el Mundial USA 94, con nueve goles, por delante de Cantona, Roberto Baggio, Bergkamp, Stoichkov o Aldridge.
Jugó en el Milan una sola temporada, la 93/94, en el AC Milan, y sólo jugó siete partidos. Pero en ellos le dio tiempo a proclamarse campeón de Europa (en aquel Milan 4, Barça 0, de Atenas) y a meter el gol 300 de los rossoneri en competiciones europeas.
Le metió un gol a España en la Eurocopa de 1996, en Leeds (Inglaterra).
Fue internacional con la Selección de fútbol de Rumania en 40 ocasiones y marcó 21 goles.
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